Protagonistas

Suelo imaginarme la vida como una novela. En la novela, yo soy la protagonista de mi historia, y toda la gente con la que me relaciono, no son más que personajes secundarios; la mala malísima, el traidor, la amiga, el novio o la profe cabrona. Así, todo lo que sucede a mi alrededor es bueno o malo según si me perjudica o no.

De lo que más cuesta darse cuenta es que, todas esas personas; las que tienen un papel secundario en mi novela, también son protagonistas de la suya propia y puede que, en la suya, yo no sea una heroína, sino que sea la mala, la amiga, la traidora, la novia o la alumna estúpida.

Es difícil descubrir que las personas que nos rodean también son personas, es difícil darse cuenta de que no somos el centro del mundo, sino una persona más de entre miles. Nuestra historia es una de tantas.

Descubrir que las personas que nos rodean son personas implica salir de nuestro propio mundo de protagonismo y buscar comprender qué papel nos toca en cada una de las otras vidas, supone darnos cuenta que no somos tan perfectos, que no somos tan importantes.

Si alguien no comprende esto, seguramente se sigue pensando el centro del mundo, probablemente aún no se ha dado cuenta que los personajes secundarios, también tienen su propia historia.